sábado, 18 de mayo de 2013

SOBRE LA CONDICIÓN MASCULINA

Cuando alguna vez me he preguntado qué atributos o qué era lo que podía mejor definir la condición masculina, siempre recordaba una afirmación de Albert Camus donde sin ningún pudor manifestaba que "hubiera cambiado diez veces una entrevista con Einstein por una cita con una bella corista".
Viene al caso porque he estado unos tres meses enviando correos a mis amigos sobre temas muy dispares: una encuesta de intención de voto realizada por mi, una encuesta musical sobre el mejor grupo español de música de todos los tiempos ( también realizada por mí, y gastando dinero en móvil ), sesudos análisis de algún cuadro  que me gustaba, críticas de libros, estadísticas históricas sobre fútbol o fracaso escolar, microrrelatos propios y ajenos, datos sobre hechos que yo desconocía, como por ejemplo, la presencia de un batallón judío en las Brigadas Internacionales, y ya en broma, nombres graciosos que me he inventado para operaciones policiales o bares. Pues nada. Ni un sólo amigo me ha respondido. Y no pueden argumentar como los corintios , que nunca respondieron a San Pablo, que el servicio de correos de la Roma Imperial era muy deficiente ( más o menos como el de la Hispania Rajoyana ), ya que son correos electrónicos que se abren y se leen. Por lo tanto, deduzco que lo vieron, lo leyeron ( o no ), y a otra correo mariposa, que se me quema el arroz.
Sin embargo, ! oh milagro del género femenino, nubiles placenteras, diosas del Olimpo !........Ha bastado que enviara una foto mía sentado en una mesa y rodeado desde las rodillas hasta la calva por quince nenas de buen ver, para que automáticamente, desde Flandes a Madrid, desde Milán a Bollullos del Condado pasando por Toledo y desde Marraqués hasta El Palmar ( no de Troya ), todos mis amigos me respondieran o me dijeran algo, entre gracioso e irónico, y alguno con un poco de envidia. Todos mis correos culturales, mi literatura, mis investigaciones no han servido para movilizar sus dedos ni estimular sus neuronas ni tan sólo para decir "está bien", "no me gusta", "no estoy de acuerdo". Nada. Cayeron a la papelera, al pozo del vacío, al olvido total y absoluto. Decía Vicente Gallego en un memorable poema que había visto hombres comportarse como energúmenos, blasfemar, santiguarse e incluso hacer pucheros por una mujer.  Y parece ser que la visión de tanta bella flor junta les ha hecho recapacitar, que sí, que existo, que mis escritos están muy bien, pero preferimos que nos envíes más fotos como ésa, que responderemos siempre. Y es que la condición masculina nace, se reproduce y termina en la mujer.

No hay comentarios:

Publicar un comentario