lunes, 14 de enero de 2013

APOCALIPSIS MAYA


En mi infancia, que no fue tierna ni triste ni todo lo contrario, la única televisión pública que existía emitió una simpática serie de dibujos animados llamada "La Abeja Maya". En síntesis, y por hacer un paralelismo con la actualidad, consistía en que la abeja reina (Angélica Merkel), ordenaba a la abeja Maya (Rajoy), recoger polen del bosque, en este caso a hacer recortes. Allí, Maya, o sea, Rajoy, conoce a muchos amigos: el saltamontes Flip (Gallardón), la mosca Puck (Soraya), el ratón Alejandro (Guindos), el escarabajo Kurt (Montoro), la araña Tecla (Cospedal), etc... Juntos, pasan muchas aventuras, enfrentándose a veces de forma divertida a otros insectos, como las libélulas socialistas, que no quieren más recortes porque ellos los hicieron primero, o a las ardillitas convergentes, que quieren una parte del bosque para ellas solas, y formar parte de otro bosque donde ya están todos los animales del bosque del cual se quieren separar. ¿Qué tiene que ver la serie con las agoreras profecías mayas del fin del mundo o del cambio de ciclo o del holocausto terráqueo? Evidentemente, el fin del mundo no se ha producido, dado que el día 21 ha terminado, y yo estoy escribiendo con un chupito de anís del mono (el Chivas especial se lo dejo a Rodrigo Rato, él, que sabe mucho de todo, pero no sabe lo que pasó en Bankia), pero, al menos en España, las predicciones mayas se han cumplido: un planeta vagabundo llamado "Troika" ha impactado contra el Ministerio de Economía provocando el caos y la desesperación. El Sol lanza enormes llamaradas de fuego que están matando a los miles de desahuciados que no tienen ya techo donde protegerse. Los funcionarios han vuelto al trueque, como los mayas, porque ya piensan que las monedas de un euro son una leyenda urbana, aunque sospechan que hay pájaros que esconden miles de billetes de quinientos euros, e incluso lingotes de oro por si llega alguna catástrofe y tienen que pagar la ambulancia. El cambio del eje vertical de la Tierra ha logrado que los parados vayan de su casa al INEM, de allí, al vertedero a buscar comida, y del vertedero a su casa porque no hay trabajo, y de su casa al INEM, donde les vuelven a decir que no hay trabajo ni subsidio. Así que los mayas tenían razón, al menos en España. Y yo, por mi parte, si algún día llega el puñetero fin del mundo, lo primero que haré será tirar toda mi colección de vídeos de la Abeja Maya, guardados en un baúl donde he ido amontonando los recuerdos de mi infancia, edad de promesas rotas y sueños incumplidos, y tirarlos al primer contenedor de basura que encuentre, Rajoy incluido.

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